sábado, 7 de janeiro de 2012

Se formó una nueva clase media en América Latina

SAN PABLO: EL CASO MÁS EMBLEMÁTICO ES BRASIL. UN ESTUDIO REVELÓ QUE MÁS DE 48 MILLONES DE BRASILEÑOS PASARON A ESE ESTRATO SOCIAL.
POR PASCUAL ALBANESE, vicepresidente del Instituto de Planeamiento Estratégico.
INFORME PRIVADO: DESDE EL 2003 HASTA LA ACTUALIDAD, LA CLASE BAJA SE REDUJO 49 POR CIENTO AL 34 POR CIENTO.

En 2003, la clase media brasileña representaba el 40% de la población de ese país. Este año, llegó al 52%.Según la Cepal, en los últimos 20 años, estos hogares crecieron en 56 millones en 10 países de la región.

El mayor fracaso de las profecías de Carlos Marx fue su tesis de que la dinámica capitalista llevaba a una creciente concentración de poder en una cima cada vez más reducida de la pirámide social y a un correlativo ensanchamiento de la base de esa pirámide. El resultado era la “proletarización de la clase media”, que aceleraría el proceso revolucionario en el mundo capitalista.

Los hechos refutaron la teoría. La experiencia reveló que, en circunstancias de crisis, la clase media se aferra a su identidad social. Se pauperiza pero no se proletariza. En cambio, los sectores obreros, a medida que mejoran sus ingresos, tienden a identificarse con las pautas culturales de la clase media. En términos de ubicación social, los seres humanos prefieren mirar hacia arriba y no hacia abajo.

Esta apreciación adquiere renovada vigencia en el mundo de hoy. En Europa, la crisis amenaza recortar los niveles de vida de la población del Viejo Continente y la clase media afronta un serio peligro de pauperización, sin que la izquierda pueda capitalizar esta debacle. En América Latina ocurre lo inverso: el crecimiento económico está acompañado por una disminución de la pobreza y la irrupción de una nueva clase media que modifica el paisaje de las sociedades.

Clase media emergente

El caso emblemático es Brasil. Un estudio de la Fundación Getulio Vargas reveló que, en los últimos ocho años, más de 48 millones de brasileños se incorporaron a la clase media. Ese ritmo se aceleró en los últimos tiempos. Más de 13 millones alcanzaron esa nueva condición desde principios de 2010. En el 2003, la clase media brasileña representaba el 40% de la población. Este año llegó al 52%. La clase baja se redujo del 49 al 34% y la clase alta trepó del 11% al 14%.

Pero el caso brasileño no es un hecho aislado. Es parte de una tendencia regional de reducción de la pobreza, iniciada tímidamente en la década del 90 y profundizada fuertemente en los últimos diez años.

Un reciente informe de la Comisión Económica para América Latina (Cepal) indica que durante los últimos veinte años “los hogares de clase media crecieron en 56 millones en el universo de diez países que representan el 80% de la población latinoamericana”.

Según la Cepal, la clase media representa actualmente el 42% de la población del subcontinente, con una notoria disparidad entre los distintos países. El porcentaje más elevado se registra en Uruguay: 56%. El segundo lugar lo ocupa México: 50%. En el mundo desarrollado esa cifra asciende al 62%.

Cambio de tendencia

En los últimos años, esa movilidad social estuvo incentivada por el crecimiento económico. Entre el 2003 y el 2011, el producto bruto interno estadounidense creció un 13%. En la Unión Europea, la expansión fue del 11% y en Japón de un 9%. En ese lapso, América Latina creció un 31%, un promedio inferior al de los países asiáticos pero muy superior al de las economías desarrolladas.

En 2002, el ingreso por habitante promedio en América Latina era de 3.100 dólares anuales. En estos años se triplicó y trepó hasta 9.300 dólares. También en este indicador se advirtieron grandes desigualdades entre países. En Brasil creció un 443%, en Uruguay un 300% y en la Argentina un 250%.

En términos históricos, cabe hablar de la reversión de una tendencia. En la década del 80, la famosa “década perdida”, la pobreza en América Latina ascendió del 40,5 % al 48,3 % de la población. En la década del 90, el índice de pobreza dejó de aumentar y hubo incluso una pequeña reducción, de apenas cuatro puntos, por lo que bajó desde el 48% al 44%. Pero en la primera década de este siglo la pobreza se redujo del 44% al 32%.

Un reflejo de esta mejoría es el mercado laboral. Actualmente, Brasil tiene una tasa de desempleo del 6%, que es considerada técnicamente cercana al “pleno empleo”. La Argentina, Bolivia. Chile, Ecuador, México, Perú, Paraguay y Uruguay tienen una tasa de desocupación menor del 8%.

Según una encuesta de Latinbarómetro, en 2003 el 73% de los latinoamericanos tenía miedo de perder su empleo. Ahora ese porcentaje descendió al 35%.

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