Efecto Moreno: Brasil traba el ingreso de los alimentos

El país vecino exige licencias no automáticas para la importación de manzanas, harina de trigo, vino, pasas de uva y papas.

El clima entre Brasil y Argentina en lo que se refiere a aspectos de comercio bilateral vuelve a enrarecerse con la aplicación, por parte del país vecino, de nuevas restricciones. En este caso, a productos perecederos provenientes de Buenos Aires. Mientras tanto, los cancilleres de la Argentina, Héctor Timerman, y del Brasil, Antonio Patriota, analizaron ayer en Brasilia las complicaciones en el comercio bilateral. Tras la situación planteada hace unos días con España por la negativa -a través de medidas dispuestas por Guillermo Moreno- de impedir el ingreso de jamón proveniente del país ibérico, las autoridades brasileñas comenzaron ahora a exigir licencias no automáticas para la importación de manzanas, harina de trigo, vino, pasas de uva y papas, informó ayer el diario O Estado de Sao Paulo, que agregó al respecto que, si bien las restricciones rigen para todos los países, “los productos fueron elegidos a dedo para molestar a los productores argentinos”. “Es una tentativa de presionar al gobierno del país vecino y socio del Mercosur a que reduzca las barreras sufridas por los productos brasileños en el mercado argentino”, añadió.
La entrevista entre Timerman y Patriota tuvo lugar ayer a la tarde, en un escenario que viene sumando dificultades desde que en febrero la Argentina impuso las declaraciones juradas anticipadas de importación (DJAI), medida que complicó las relaciones comerciales entre la Argentina y Brasil, el principal socio comercial en el ámbito del Mercosur. O Estado precisa que el encuentro bilateral “forma parte de la agenda periódica de los dos países”, si bien tiene lugar en medio de un conflicto comercial reflejado en la caída del 27 por ciento de las importaciones argentinas de productos brasileños en abril respecto del mismo mes de 2011.
Brasil vuelve a mostrar firmeza ante medidas unilaterales impuestas por nuestro país respecto de las importaciones de sus productos. En este contexto, el libre comercio entre las naciones del Mercosur es más un eslogan para libros de historia que un acuerdo serio entre países.