segunda-feira, 16 de maio de 2011

El Gobierno espera que Brasil acepte una reunión por las importaciones

En la misiva de seis carillas enviada por Argentina se detalló más de una decena de problemas que hay en el comercio bilateral.

ABRAZADAS CRISTINA FERNANDEZ JUNTO CON SU PAR BRASILEÑA DILMA ROUSSEFF, EN TIEMPOS DE AMISTAD.

“Vamos a negociar siempre y cuando se levanten las restricciones. No hay que dramatizar”, aseguró la ministra Giorgi.Dilma Rousseff dijo que no están importando vehículos de todo el mundo y que no es una represalia contra la Rosada.

Hoy será el día “D” para el futuro de las exportaciones argentinas. El Gobierno espera recibir una respuesta para concretar una reunión en breve entre la ministra de Industria, Débora Giorgi, y su colega de Brasil, Fernando Pimentel, bajo la condición de que los brasileños levanten las trabas que afectan el ingreso de automóviles y autopartes producidos en suelo argentino.
“Nuestro país va a negociar siempre y cuando las restricciones sean levantadas. Es un episodio más sobre las relaciones comerciales. No tenemos que dramatizar”, aseguró ayer la ministra de Industria durante una recorrida por la ciudad de Rosario para respaldar la precandidatura de Rafael Bielsa a gobernador de Santa Fe. La ministra Giorgi afirmó que “discutirá con su par brasileño Fernando Pimentel si se acepta la reunión en Foz de Iguazú”.
Giorgi respondió el viernes a la invitación formulada por Pimentel de realizar un encuentro en Brasilia en busca de solucionar el nuevo conflicto comercial bilateral pero bajo la condición de que, primero, el gobierno de Dilma Rousseff levante la aplicación de restricciones al ingreso de vehículos argentinos a ese país.
Pimentel pidió “48 horas” para dar una respuesta sobre si Brasil acepta o no las condiciones planteadas por el Gobierno argentino, cuestión que se espera que se produzca mañana.
El funcionario brasileño negó que las restricciones a la importación de automóviles sean una represalia contra Argentina, en una columna publicada ayer por el diario O Estado de Sao Paulo.
En ese sentido, ratificó que era “innegable que el sector privado brasileño venía enfrentando una serie de dificultades para la exportación de productos al país vecino”.
“Fueron incluidas en licenciamiento no automático las importantes de vehículos de todo el mundo. No procede, por lo tanto, interpretarla como una represalia de Brasil a Argentina”, argumentó Pimentel.
Según publicó ayer la prensa de Brasil, el Gobierno de ese país solo levantaría las barreras a las importaciones de autos después de que Argentina revise las restricciones, a través de licencias no automáticas que afectan a productos brasileños que permanecen parados en la frontera desde hace 120 días, aunque destaca que los funcionarios están abiertos al diálogo.

Optimismo oficial
A su vez, el ministro de Economía, Amado Boudou, confió que el conflicto “se va a resolver”.
“Forma parte de la dinámica de dos países que tienen un fuerte comercio bilateral, que sin duda se va a ir resolviendo, como se han resuelto en otros momentos de dificultades”, señaló el funcionario en declaraciones publicadas ayer.
La situación de tirantez extrema entre los dos socios del Mercosur se produjo la semana pasada, luego de que Pimentel emplazara a Giorgi a levantar trabas argentinas contra productos de su país, al tiempo que Brasil dispuso la aplicación de licencias no automáticas para las importaciones de vehículos.
Por esa medida, más de dos mil vehículos argentinos se encuentran retenidos en la frontera con el Brasil, según estimaciones del sector empresario. Inmediatamente, Giorgi cuestionó la medida brasileña.

Un esquema que afecta a todos
Las trabas a las importaciones terminará por afectar la actividad empresarial tanto de Argentina como de Brasil. Así quedó en evidencia luego de que importadores cariocas indicaran que habrá faltantes de autos que solo se fabrican en el principal socio de Brasil en el Mercosur: Argentina.
Además, aseguran que con estas restricciones -que rigen desde el martes pasado- corren peligro unos 27.000 puestos de trabajo en las concesionarias.
El freno al ingreso de autos de Argentina, México, Europa y Corea del Sur causó malestar entre un sector del empresariado brasileño. “El gobierno (de Rousseff) decidió imponer barreras a las importaciones desde Argentina sin avisarnos ni discutir con nosotros”, expresó el presidente de la cámara que aglutina a los importadores brasileños, José Luiz Gandini.

AUTOMOTRICES BAJO EL INGRESO DE CAPITALES EXTERNOS AL PAIS.

La Argentina, menos atractiva para invertir
Argentina “pierde atractivo” como destino para la inversión extranjera directa, en contraposición con el fuerte crecimiento de ingreso de capitales externos que experimentan los países de América Latina, advirtió ayer un informe de Ecolatina.
La consultora señaló que en Argentina “si bien en promedio su flujo de capitales externos registra cierto crecimiento, en los últimos años evidencia una continua pérdida de participación en relación con sus vecinos”. En este sentido, puntualizó que Argentina recibió durante 2010 6.193 millones de dólares en concepto de inversión extranjera directa (IED), lo que implica una reducción de 36% con respecto a 2008.
“Esta cifra equivale apenas a 5,5% del total de los capitales entrantes en la región, siendo el nivel más bajo de las últimas dos décadas (con excepción del período de crisis 2001-2003)”, resaltó. La consultora fundada por el ex ministro de Economía, Roberto Lavagna, evaluó que “la abundante liquidez y las bajas tasas de interés en los países desarrollados, sumado al fuerte crecimiento de los emergentes, crean un contexto muy favorable para el ingreso de capitales en los países de América Latina”, evaluó.
Al respecto, precisó que Brasil fue el país que más logró capitalizar este fenómeno, y lidera el ranking regional desde 2007, y acotó que Chile y Perú también “se beneficiaron con la entrada de capitales en la región”, y “más que duplicaron” su participación en los últimos cinco años.
“En contraposición, México parece haberse mantenido ajeno a este boom de inversiones”, subrayó.
En cuanto a la situación en Argentina, indicó que el país “se ubicó históricamente” en el tercer puesto del ranking regional, y remarcó que incluso alcanzó el segundo puesto en gran parte de la década del '90.
Sin embargo, alertó que el panorama ha ido “empeorando” desde 2006: en el lapso 2006/2008 ocupó el quinto puesto, y en el 2009 y 2010 descendió al sexto lugar.
“El contexto mundial permite que América Latina sea considerada como un “vecindario de moda” para concretar inversiones. Sin embargo, Argentina no está capitalizando las circunstancias con el mismo éxito que sus vecinos”, analizó.
Para Ecolatina, “la pérdida de atractivo como país de destino de inversiones extranjeras contrasta con el lugar que ocupa la economía argentina en América Latina”. El informe destacó que Argentina continúa siendo la tercera economía de la región después de Brasil y México, y su performance de crecimiento promedio acumulado en los últimos veinte años es uno de las mejores, luego de Chile y Perú; además se ubica en la cuarta posición en cantidad de habitantes, y su ingreso per cápita -en términos de paridad de compra- es “de los más elevados de Latinoamérica”.

Dilma Rousseff, sin las contemplaciones de Lula
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, no tendrá las mismas contemplaciones que su antecesor y padrino político Luis Inácio Lula Da Silva, por lo que advirtió que pueden tensarse más las relaciones, evaluó ayer un especialista económico.
Dante Sica aseguró que ese cambio de rumbo respecto a la vinculación con la Argentina puede tener una explicación basada en la crisis de 2001.
El economista recordó que “la gestión de Lula tuvo una posición respecto a la Argentina y por cómo venía de la crisis”. “Pero ahora, desde Brasil, toman en cuenta que ya se recuperó, está trabajando a capacidad plena y por eso ocurre esto”, añadió.
Respecto a las trabas que impuso Brasil a las automotrices instó a que los funcionarios de ambos países solucionen cuanto antes los conflictos.
“Lo mejor que nos puede pasar es que los ministros se sienten y de alguna manera puedan resolver los conflictos”, puntualizó.
Sica agregó que la presión en este caso fue ejercida por los empresarios brasileños y añadió que todo se produjo por “la demora” que tuvo de Argentina en la importación de productos alimenticios provenientes de ese país, pese a que había un compromiso “de no poner trabas”.

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